Ayer a la noche tuve el inconmensurable placer de ver una vez más a dmb. Un setlist atípico con un comienzo muy tranquilo según dave para “volarles la cabecita en instantes”.
El show duro cerca de 3 horas y cumplió con todas las espectativas. Solos de carter a granel con globo de chicle incluido, solos de trompeta, saxo, flauta, violín, viola, bajo y los habituales delirios vocales del amigo matéo. todos los chiches.
La rareza de la noche? Se le cortaron 5 cuerdas de la acústica, primero la sexta y las veces siguientes la cuarta. Para la última vez directamente ni se gastó en darle la viola al asistente, siguió tocando así.
Es notable la direcion de dave durante todo el show, es el quien marca cada momento en cada tema dibujando sobre la marcha la dinámica de cada canción. Sólo descansa por momento en carter, quien tiene cuerda para esto y los provee del tiempo necesario para ajustarse o descansar un minuto entre cada tema.
Otra cosa que me llamó poderosamente la atención fueron los pifies de steffan. El eximio bajista arregla con precicion quirúrgica pero en cuanto se desconcentra un segundo mirando al público, le chinga. En general se notó mucho el regocijo y sorpresa con que los músicos contemplaban el espectáculo brindado por el público.
Respecto del sonido meh. Los 3 primeros temas los vi de atrás muy cerca del mangruyo y sonaba bien (nada más que eso, bien). En cuanto fui contra el vallado se pudrio todo, la eléctrica prácticamente no se escuchaba, la bata estaba muy despareja en mezcla, no estaba bueno en general igual estar tan cerca y ver cada morísqueta y chiste interno de los músicos valía la pena. Conclusión, en jeff beck voy a la platea atrás del mangruyo y no a primera fila.