Hace unos cuantos años ya, creo que a principios de 2011, decidi no volver a ignorar mi intuición e incluirla así, como un factor preponderante en la toma de decisiones. Fué una premisa acertada y me viene llevando a buen puerto en todos los aspectos de mi vida.

Siguiendo ese precepto fué que obré como lo hice ese domingo lluvioso en la fila del OXXO (una franquicia tipo AM/PM que hay acá en México).

– “nice beard” -me tiró el señor que estaba delante mío.-
– “thank you, pero hablo español” – le respondí

Pasaron unos minuto de charla donde el señor me dejó en claro que estaba, en sus palabras, “pedisimo”. Llegó su turno antes que el mío por lo que salió primero del lugar pero no sin antes decirme a la pasada “te espero afuera así platicamos un momento”. [yo sé que suena todo rarísimo pero toda la “conversación” se fue desarrollando con total naturalidad]Pagué mis cosas (agua, unas galletitas y un porrón de cerveza) y me paré en la esquina a conversar con este don tan amable.

– “vente a mi casa a escuchar mis composiciones. Si te parecen una mierda me dices pinche drogadicto y te vas. Vente, vivo aquí a la vuelta”.

– con gusto, pero antes tengo que ir a casa porque me esperan. Te acompaño a tu casa así veo donde es, voy, dejo todo y vuelvo en 15.

Insistió un poco en que me quedara -imagino que pensando en que jamas volvería- hicimos poco menos que un pacto de caballeros, estrechamos manos y me fui.

Ya con las manos vacías y habiendo avisado a mis roomies sobre la situación, encaré a la casa de este buen hombre. Toque timbre. Se asomó por la ventana de un piso alto y abrió el portón. Era un edificio vacío. Subí hasta su departamento… también vacío e ingresamos a su habitación (bingo! también vacia) Me encomendé a Odin, repasé mentalmente mis años de TaeKwonDo, memoricé el camino de salida y entré.

Benito me recibió muy amablemente. En su cuarto había una manta y una Imac. Nos sentamos, abrió Logic y comenzó a mostrarme los multitrack de sus composiciones, soleando y muteando pistas a discreción. El loco tiene unas cosas alucinantes musicalmente y muy bien logradas desde la producción sonora. Pasamos un par de horas escuchando y charlando -previo avisar a mis roomies que todo estaba bien para que desactiven el operativo de rescate-.

[El momento puño argento al pecho] Me contó también de las tres veces que había llorado con música en vivo y ¿sabes con quien fué la segunda? Con nuestro Luis Alberto Spinetta tocando un solo en un concierto de los Illya Kuryaki and the Valderramas. Buscando un poco imagino que podría ser éste del 98